Las pausas activas recargan la energía física y mental, combatiendo la fatiga y mejorando la productividad.
Al interrumpir la monotonía laboral, las pausas activas permiten a los empleados regresar a sus tareas con mayor concentración y enfoque.
Incorporar momentos de actividad física durante la jornada laboral ayuda a liberar tensiones y reduce los niveles de estrés, mejorando el bienestar emocional.
Las pausas activas contribuyen a la prevención de problemas de salud relacionados con el sedentarismo, como dolores musculares y problemas posturales.
Compartir pausas activas crea oportunidades para fortalecer las relaciones entre colegas, promoviendo un ambiente laboral positivo y colaborativo.